El drenaje linfático es una técnica que consiste en realizar sobre la piel un masaje de movimientos lentos, rítmicos, armónicos y muy suaves que, cuando se realizan en la dirección correcta de los conductos linfáticos, estimula el drenaje de estos conductos limpiando las zonas congestionadas. Esta técnica requiere de mucha precisión ya que la presión es un factor determinante y cada caso, así como cada paciente requiere cuidados y manipulaciones específicas.
Beneficios:
– Reduce la inflamación que se produce en algunos tejidos, causada por diferentes procesos. – Eliminación de líquidos y toxinas.
– Relaja los músculos y regula el tono, lo que amplía el rango de movimiento.
– Estimula el sistema inmune, pues mejora el funcionamiento de los ganglios linfáticos, lo que eleva las defensas.
– Alivia el síndrome premenstrual.
– Piernas cansadas.
– Te ayuda a combatir la celulitis, pues parte del problema que la causa es la acumulación de líquidos.
– Al estimular la circulación de linfa, brindas a la piel un aspecto más luminoso.
– La relajación y la eliminación de edemas tienen efecto analgésico. Por esas razones, este tipo de masaje es útil para eliminar el dolor en las fibromialgias.
– Estimula las contracciones involuntarias del intestino, con lo que evacuarás con más regularidad. – Indirectamente, activa la circulación sanguínea.
– Al mejorar el drenaje de líquidos, ejerce un efecto estimulante sobre la función renal.
Contraindicaciones:
-Flebitis o tromboflebitis.
– Infecciones agudas, dado que la infección podría propagarse por el resto del organismo.
– Edemas cardíacos.
– Tumores malignos no controlados con metástasis.
– Síndrome del seno carotídeo.